Ejercicio de transparencia sin conciencia navideña.

Llega Diciembre. Un mes muy esperado para muchos, cargado de ilusiones, momentos especiales y noches inolvidables.

No sé por qué razón en concreto, ni desde hace cuanto, pero lo que más me motiva es ver El Grinch durante alguna sobremesa pesada.

Este año paso la Navidad fuera de casa, como tantas muchas personas, sin la familia, sin mi pareja, sin mis amigos y sin excesos.

Fuera de mi agenda quedan términos como “cena de empresa”, “sorteo de lotería”, “cotillón de fin de año”, “regalos de Reyes”, “roscón de Navidad” o “mercadillos navideños”.

La Navidad se ha convertido en la religión de los más paganos. En rituales de falsas sonrisas, estereotipos calculados, montajes efímeros y estructuras antinaturales.

Quizá toda esta experiencia como voluntaria en Ucrania me esté enseñando a superar muchas barreras, a deshacer mitos, a liberarme de tantas premisas y a descomponer estereotipos.

Quiero hacer un “Ejercicio de transparencia” con todos vosotros, con el único propósito de reafirmarme una y otra vez en que se puede vivir mejor con menos. España está pasando por un momento muy duro, por una crisis que está generando un desgaste moral incalculable. Las noticias internacionales no dejan de sorprendernos con hechos aterradores y presagios casi apocalípticos en algunas zonas.

Hoy he visto desde mi ventana una escena que desgraciadamente tenemos asumida en casi todo el planeta: ver a alguien rebuscando en la basura. En Ucrania los contenedores no suelen rebosar nunca. Hay menos desperdicios. Se aprovechan todos los restos, no hay sobras, la mayor parte de la sociedad vive con lo justo. Por lo que éste sujeto, al que observaba con detenimiento, después de revolver los despojos que había, ha retirado toda la basura para poderse llevar la bolsa de plástico que los contenía.

He decidido reflexionar en voz alta sobre lo que supone para mí enfrentarme a mi jornada como voluntaria, el renunciar a una retribución por mis horas de trabajo (como en tantos trabajos precarios sin honorarios está sucediendo ahora en España) pero el sí tener una compensación para cubrir las necesidades.

la foto (1)Mi sueldo para un mes entero, sin contar con el alojamiento que lo proporciona la organización, se desglosa de la siguiente manera este mes de Diciembre:

Comida: 1200 UAH (62,24 EUR)

Transporte: 220 UAH (11,41 EUR)

Pocket Money: 1560 UAH (80,91 EUR)

Total: 2980 UAH (154,03 EUR )

Debido a las bajadas consecutivas de la moneda ucraniana (el grivna) y al pertenecer a un programa europeo, nuestra gratificación ha ido aumentando consecutivamente

Diciembre: 2980 grivnas. (154.03 EUR)

Noviembre: 2900 UAH (150.46 EUR)

Octubre: 2740 UAH  (142.16 EUR)

Para que os hagáis una idea de los gastos en esta zona:

Mensualidad móvil con internet: 50 UAH (2,58€)

Garrafa de 6L de agua: 12 UAH (0,62€)

Botella 2L cerveza: 10 UAH (0,52€)

Capuccino en una franquicia: 20 UAH (1,03€)

Botella pequeña de vodka: 15 UAH (0,78€)

Cocktail en una discoteca: 40 UAH (2,07€)

Menú del día en cantina desde 25 UAH (1,29€)

Menú del día en franquicia desde 40 UAH (2,07€)

Plato principal en restaurante desde 30 UAH (1,55€)

1hora de clase de ruso desde 50 UAH (2,58€)

1L de leche: 8 UAH (0,41€)

4 yogures Danone 13 UAH (0,67€)

Barra de pan básica: 3 UAH (0,16€)

Billete de autobús: 4 UAH (0,21€)

Billete de metro: 3 UAH (0,16€)

Billete de tranvía: 2,5 UAH (0,13€)

Así que sinceramente, con mis 154€, me considero una privilegiada al tener a mi disposición muchos más recursos que la mayoría de las familias que a penas sobreviven con la misma cantidad de dinero pero a repartir entre muchas más bocas.

Sin duda es realmente preocupante pensar que una persona joven preparada, con experiencia, cualificada, viva mejor en el Este de Ucrania (donde tengo todas mis necesidades cubiertas) que en mi propio país, donde no era capaz de cubrir ni mis gastos más básicos.

Pero también he aprendido que si de algo puedo sentirme muy agradecida, es de tener un pasaporte europeo y no sentirme encerrada en un territorio. Poder cruzar fronteras en búsqueda de una vida mejor, de otras experiencias. Mientras que tantas otras muchas personas están literalmente ancladas a su patria.

Da igual que sea Navidad o pleno verano, porque la conciencia está presente todo el año.

Sintámonos afortunados todos aquellos que podamos levantar una copa este 2014, brindar por el 2015, y seguir soñando. Porque la vida es corta, muy corta. Y sólo nos queda disfrutar del amor, la verdad y la belleza.

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